Paperback, 485 pages
Español, Spanish, es_MX, es language
Published 1977 by Editorial Porrúa.
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A partir de las ideas de Descartes, Spinoza elaboró un método racionalista en la búsqueda de la comprensión de Dios y del hombre, el cual derrumbó una serie de dogmas religiosos hasta entonces incuestionables. Por ello, es considerado por algunos como el precursor del ateísmo. Aunque nunca negó la existencia de un creador supremo, su pensamiento brindó fuerza argumentativa al laicismo creciente de los siguientes siglos en Occidente, iniciado en parte por el movimiento de reforma del que había sido testigo.
En Ética, este importante filósofo del siglo XVII plantea que en el orden moral todas las cosas son neutras: el bien y el mal están determinados por las necesidades y los intereses humanos. Desde esta lógica, los valores no son más que creaciones arbitrarias del hombre.
En Tratado teológico-político, obra que en su época fue duramente censurada y criticada, señala la necesidad de la libertad de pensamiento del hombre, …
A partir de las ideas de Descartes, Spinoza elaboró un método racionalista en la búsqueda de la comprensión de Dios y del hombre, el cual derrumbó una serie de dogmas religiosos hasta entonces incuestionables. Por ello, es considerado por algunos como el precursor del ateísmo. Aunque nunca negó la existencia de un creador supremo, su pensamiento brindó fuerza argumentativa al laicismo creciente de los siguientes siglos en Occidente, iniciado en parte por el movimiento de reforma del que había sido testigo.
En Ética, este importante filósofo del siglo XVII plantea que en el orden moral todas las cosas son neutras: el bien y el mal están determinados por las necesidades y los intereses humanos. Desde esta lógica, los valores no son más que creaciones arbitrarias del hombre.
En Tratado teológico-político, obra que en su época fue duramente censurada y criticada, señala la necesidad de la libertad de pensamiento del hombre, la cual, desde su lógica, sólo tiene cabida en un Estado democrático, entendido éste como el poder supremo, como el único garante de la unidad y la seguridad de la sociedad que lo constituye.