Hardcover, 715 pages
Spanish language
Published 2000 by Círculo de Lectores.
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Published 2000 by Círculo de Lectores.
En el extremo norte del mundo, una montaña coronada por una punta de roca helada ensombrecía los destinos de Osten Ard. Durante largas semanas, los humos y los vapores habían brotado lentos por sus laderas anunciando el peligro inminente. Agitada por los tremendos vendavales que rodeaban el Pico de las Tormentas, la tempestad iba en aumento y se extendía. En el corazón de la montaña, Utuk'ku, la reina de las nornas, recorría los tortuosos corredores excavados en la roca durante largos siglos por sus devotos. Los Sin Luz celebraban los negros tiempos que comenzaban, mientras salmodiaban antiguas tonadas prohibidas. Cada momento era precioso. Cada instante acercaba más la victoria de las tinieblas. El Señor de la Tormenta, Ineluki, no estaba presente, pero su advenimiento se aproximaba.
Los escasos supervivientes de la Liga del Pergamino perseveraban en su lucha a través del nido de ghants, un espacio fantasmagórico, en un …
En el extremo norte del mundo, una montaña coronada por una punta de roca helada ensombrecía los destinos de Osten Ard. Durante largas semanas, los humos y los vapores habían brotado lentos por sus laderas anunciando el peligro inminente. Agitada por los tremendos vendavales que rodeaban el Pico de las Tormentas, la tempestad iba en aumento y se extendía. En el corazón de la montaña, Utuk'ku, la reina de las nornas, recorría los tortuosos corredores excavados en la roca durante largos siglos por sus devotos. Los Sin Luz celebraban los negros tiempos que comenzaban, mientras salmodiaban antiguas tonadas prohibidas. Cada momento era precioso. Cada instante acercaba más la victoria de las tinieblas. El Señor de la Tormenta, Ineluki, no estaba presente, pero su advenimiento se aproximaba.
Los escasos supervivientes de la Liga del Pergamino perseveraban en su lucha a través del nido de ghants, un espacio fantasmagórico, en un enfrentamiento desigual con los mortíferos animales de la tierra de Wran. Muchos buenos combatientes iban quedando en el camino y sus cuerpos congelados por el frío parecían esculturas de un artista fascinado por el dolor y el sufrimiento. La guerra arañaba con sus garras a los pobres mortales. Mientras tanto, Ineluki, criatura formada por entero de hielo, brujería y malignidad, esperaba con impaciencia la hora de la aniquilación total.