El famoso divulgador científico televisivo se marca una novela de comunicación con extraterrestres, desde el momento en que se descubre una extraña transmisión emitida desde la cercanías de la estrella Vega. En una gran hazaña de cooperación internacional la decodifican, analizan y construyen tremendo aparato basado en sus instrucciones.
Me recordó mucho lo que leía entre los 12-15 años, esas colecciones para “lectores jóvenes” en las que lo único que interesa es que pasen muchas aventuras. Que los personajes den grima, los diálogos sean acartonados (pura novela de tesis: la científica habla con el cura, cero sorpresas sobre lo que dicen) y que incluso los detalles técnicos hagan aguas por todas partes era algo secundario a aquellas edades; ahora tiendo a darles más importancia. La estructura de best-seller peliculero, con apariciones de la Presidente y el típico desfile de ruso/chino/india/africano vestidos con traje típico y portadores de sus arquetipos nacionales a tope, no suponen ninguna mejora.
El último tercio de la novela, que no quiero resumir para evitar destriparla demasiado, puede resultar decepcionante pero la verdad es que ya me daba todo igual.