Un reconocido profesor deberá descubrir por qué el asesinato de unas adolescentes se repite invariablemente en el tiempo.
Una gran corporación propone a un reconocido antropólogo un experimento. La empresa ha recreado la vida de una aldea de los años ochenta enclavada en un inaccesible e idílico valle del sudoeste alemán. La mayoría de sus pobladores son androides en apariencia indistinguibles de los humanos. En esa instalación, la existencia parece fluir al margen del resto del mundo, pero el protagonista deberá resolver el suicidio ritual de tres adolescentes que se repite de modo invariable sin un motivo que lo justifique. Para el profesor, ninguna máquina se suicidaría por decisión propia y, por tanto, resolver el enigma de su muerte, supondrá borrar definitivamente —o no— la barrera que separa a los hombres de las máquinas. También tendrá que lidiar con las dudas acerca de su propio pasado y de si lo …
Un reconocido profesor deberá descubrir por qué el asesinato de unas adolescentes se repite invariablemente en el tiempo.
Una gran corporación propone a un reconocido antropólogo un experimento. La empresa ha recreado la vida de una aldea de los años ochenta enclavada en un inaccesible e idílico valle del sudoeste alemán. La mayoría de sus pobladores son androides en apariencia indistinguibles de los humanos. En esa instalación, la existencia parece fluir al margen del resto del mundo, pero el protagonista deberá resolver el suicidio ritual de tres adolescentes que se repite de modo invariable sin un motivo que lo justifique. Para el profesor, ninguna máquina se suicidaría por decisión propia y, por tanto, resolver el enigma de su muerte, supondrá borrar definitivamente —o no— la barrera que separa a los hombres de las máquinas. También tendrá que lidiar con las dudas acerca de su propio pasado y de si lo que está sucediendo es real o forma parte de una representación. El rumor y los insectos es un trepidante thriller filosófico en el que su protagonista nunca pisa terreno firme.
Es un libro con varios niveles de lectura aunque yo me quedo con el de la búsqueda de la identidad: ¿quienes somos realmente? Todo ello envuelto en una historia de ciencia ficción, con grandes corporaciones perfectamente reconocibles, la duda sobre la propia humanidad y el caso de una serie de asesinatos y suicidios que no deberían haber ocurrido.
Las casi 500 páginas de la novela se leen de un tirón.
Review of 'El rumor y los insectos' on 'Goodreads'
1 star
Una retorcida historia de ciencia-ficción cercana, esto es, situada un par de décadas en el futuro, con androides indistinguibles de los seres humanos, simulaciones de sucesos pasados, viajes en el tiempo, violencia gratuita y lo que haga falta.
Un buen antídoto contra la sensación de haberlo visto todo es encontrarse con una novela de gran tonelaje (460 páginas) y argumento enrevesadísimo, pero que hace aguas por todas partes. Tanto, que me pregunto si en Tusquets se tomarán la labor editorial muy en serio.
El autor ha tratado de dar vida a la novela incluyendo multitud de detalles, lo cual como decisión de estilo puede estar bien (y funcionar) o todo lo contrario. Lo malo es que frecuentemente esos detalles están mal, ¡son palabras que significan otra cosa! (aquí recordando el meme de Íñigo Montoya “You Keep Using That Word, I Do Not Think It Means What You Think It Means”: …
Una retorcida historia de ciencia-ficción cercana, esto es, situada un par de décadas en el futuro, con androides indistinguibles de los seres humanos, simulaciones de sucesos pasados, viajes en el tiempo, violencia gratuita y lo que haga falta.
Un buen antídoto contra la sensación de haberlo visto todo es encontrarse con una novela de gran tonelaje (460 páginas) y argumento enrevesadísimo, pero que hace aguas por todas partes. Tanto, que me pregunto si en Tusquets se tomarán la labor editorial muy en serio.
El autor ha tratado de dar vida a la novela incluyendo multitud de detalles, lo cual como decisión de estilo puede estar bien (y funcionar) o todo lo contrario. Lo malo es que frecuentemente esos detalles están mal, ¡son palabras que significan otra cosa! (aquí recordando el meme de Íñigo Montoya “You Keep Using That Word, I Do Not Think It Means What You Think It Means”: ventanas ortogonales (a secas, no a ningún otro elemento), canteras a cielo abierto, el pretil de un puente lleno de puestos de venta, helechos cuyos esquejes invaden la carretera…
También tenemos un Mac de 128k con pantalla de fósforo verde al cual se accede por línea de comandos C:\xxx, o un propano especial de fórmula C3H8, o lomo deshuesado. Con tantos sustos y consultas al diccionario/enciclopedia no hay quien se concentre en la retorcida trama, en los personajes-topicazo (menudo señoro es el narrador-protagonista) o en los agujeros de la ambientación en una Alemania de principios de los 80 en la que los lugareños beben pintas de cerveza, conducen pickups y hay casas de estilo georgiano. En ese sentido, misión cumplida.