El curioso y reticente “detective” de Joanne Harris, el profesor Straitly, vuelve a las andadas con un misterio relacionado con St. Oswalds un clásico internado inglés. El pasado y el presente se entremezclan en un misterio que el profesor tiene que desenmarañar.
Entré a este libro con los ojos bien abiertos, absolutamente segura de que esta vez no me iba a engañar, que adivinaría la verdadera trama rápidamente. Pues lo hizo de nuevo, me engañó por completo y disfruté cada página mientras me hacía quedar como una tonta.
Gracias señora Harris, necesitamos más escritoras como usted.
Por desgracia aún no hay una traducción al español.