Una novela interesante y diferente, con el toque especial de Pérez-Reverte. Se nos presenta una trama detectivesca llena de notas sobre el cine y la literatura policial de mediados del s.XX, las cuales se entremezclan continuamente en una inusual investigación a partir de un asesinato.

El contexto es una isla de Utakos, frente a Corfú, que debido a un tormenta deja incomunicadas a 9 personas entre huéspedes y empleados de un pequeño hotel, en que de pronto aparece muerta una turista, aparentemente por suicidio. Sin embargo, hay indicios de un posible asesinato tipo “el cuarto cerrado” y dado que la tormenta evitará que pueda llegar la policía en varios días, entre todos asignan a un actor que ha representado incontables veces al famoso detective Sherlock Holmes, para que realice el ejercicio de investigar el suceso, lo cual hace de buen gusto y además hábilmente, incluso se ingenia de su propio Watson con otro de los huéspedes.

El problema viene cuando aparecen dos muertos más, y junto a ellos una serie de señales que suponen pistas intencionadas del asesino hacia el supuesto detective, lo que convierte todo el asunto en algo más personal.

Como buena novela del género, el autor nos guía de forma que vayamos sospechando de todos los involucrados, hasta que al final nos sorprende liberando de golpe toda la información que ignoramos para descubrir, no solo al verdadero culpable, sino además, los motivos de aquella aparente relación entre este y el detective.

Fue una lectura interesante y entretenida, recomendada.