Mal sabor de boca para terminar la saga: el ritmo trepidante de los dos anteriores pasa a ser lento hasta el aburrimiento. Los personajes, anteriormente una parte vital del libro, pues conseguías empatizar con ellos a pesar de no querer cogerles cariño por saber que tenían que morir, son mucho menos interesantes que los anteriores (en gran parte debido a que hay muchos más -algunos de ellos prescindibles). Incluso personajes anteriormente interesantes como Peeta, Haimitch, Gale, Finnick, Snow... o inluso Katniss han perdido muchos matices e importancia.
Por otra parte, las situaciones que describe son bastante inverosímiles y sin demasiado sentido, como las vainas extremadamente sensibles con trampas letales situadas en una ciudad en la que transcurre la vida normal y que -incomprensiblemente- nunca se habían disparado con anterioridad. Tampoco es muy creíble la votación final en la que los tributos, con graves secuelas físicas y psicológicas después de su participación en los juegos, deciden continuar con la tradición como venganza.
Pero lo peor de todo es el final: parece que todo el libro esté orientado a tratar de resolver el dilema de con quién decidirá quedarse Katniss, si Gale o Peeta. No solo es trivializar el mundo complejo y cruel que había construido en la saga, sino que consigue convertir un personaje femenino fuerte, líder, capaz de sobrevivir por su cuenta, independendiente... en una niñita que necesita una pareja para ser feliz y convertirse en madre. ¿Era realmente necesario?