Un poquito evangelizador y forzado. Mi cuento favorito fue definitivamente La Sonrisa, es donde la autora se da el lujo de imaginar un desenlace más allá de la estadística. Como lectora me cuesta trabajo conectar emocionalmente con sus narradoras/protagonistas, se sienten un poco como diferentes versiones de Dahlia con peluca. Me gustó el detalle de que algunas historias estén entrelazadas o en el mismo universo narrativo, pero de nuevo a veces se siente forzado o como que los personajes no están lo suficientemente desarrollados. Quizás es porque son cuentos y no hay tanto espacio para hacerlo. Lo que sí es que la autora peca mucho de contar y no mostrar.