No puedo otra cosa que aplaudir a Rainbow Rowell. Me es completamente imposible. Y te preguntarás el porqué. Y la respuesta es sencilla. Ha escrito una novela que merece la pena disfrutar línea a línea. Porque sientes conforme sus protagonistas sienten. Porque como el arte, no busca la belleza, sino generar sentimientos. ¡Y vaya si los genera!
Creo que el punto básico de la historia es que la autora no se ha parado a idealizar a sus personajes. Y es que no es necesario y se agradece enormemente. Una chica llamativa, con curvas, de verdad. Un chico que no se siente atractivo. Amor que nace del roce más directo. Una llama que empieza con una chispa y quema todo lo que se pone a su alcance. Verdadera magia que hace su teatro a través de las páginas de esta obra. Verdaderamente, ha conseguido hacer que me preocupe por la relación de estos dos chavales, tan inexpertos, pero a la vez tan sabios en la vida. Y esas frases de Eleanor... Ese padrastro al que matarías con tus propias manos si no fuera un personaje y delito tipificado... Y sobretodo, sobretodo y sin lugar a dudas, ese final. Ese final de 10 en mi opinión. De verdad, si no lo has leído, te lo recomiendo de todo corazón. Y si así lo haces, vuelve y comparte tu experiencia conmigo. Porque he acabado con los sentimientos a flor de piel.
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