Manu Viciano reviewed El Ojo Fragmentado by Brent Weeks (El Portador de Luz, #3)
¿Hace una de espías?
4 stars
(Reseña publicada en Fantífica el 31/05/2015).
¿Qué esperamos de una serie de fantasía épica cuyo segundo volumen termina con dos de los protagonistas al borde de la muerte, uno de ellos desposeído de su poder casi infinito y otro en manos de un temible enemigo? Si la serie está escrita por Brent Weeks, a estas alturas podemos esperar que eso no sea nada y que todos vayan a pasarlas mucho más putas en el tercer libro. Y por suerte, en el caso de El Ojo Fragmentado acertamos de pleno.
Habíamos dejado a Gavin incapaz de ver los colores (es decir, incapaz de hacer magia) y en manos de Artillero, el pirata en cuyas manos acabó también la Daga de la Ceguera del segundo volumen. Kip era prisionero de Zymun, el hijo secreto de Karris y un poderoso trazador que pretende emplearlo de galeote para llegar a la Cromería y hacerse …
(Reseña publicada en Fantífica el 31/05/2015).
¿Qué esperamos de una serie de fantasía épica cuyo segundo volumen termina con dos de los protagonistas al borde de la muerte, uno de ellos desposeído de su poder casi infinito y otro en manos de un temible enemigo? Si la serie está escrita por Brent Weeks, a estas alturas podemos esperar que eso no sea nada y que todos vayan a pasarlas mucho más putas en el tercer libro. Y por suerte, en el caso de El Ojo Fragmentado acertamos de pleno.
Habíamos dejado a Gavin incapaz de ver los colores (es decir, incapaz de hacer magia) y en manos de Artillero, el pirata en cuyas manos acabó también la Daga de la Ceguera del segundo volumen. Kip era prisionero de Zymun, el hijo secreto de Karris y un poderoso trazador que pretende emplearlo de galeote para llegar a la Cromería y hacerse con el control del mundo conocido. La propia Karris, recién llegada a la capital de las Siete Satrapías, descubre que su matrimonio con el Prisma la inhabilita para militar en la Guardia Negra y sus recientes hazañas la tienen a punto de romper el halo, hasta tal punto que la Blanca le prohíbe trazar luxina ni una sola vez más. A Teia la recluta una misteriosa sociedad secreta, llamada la Orden del Ojo Fragmentado y muy interesada en los trazadores de paryl, a los que adiestra en el uso de sus poderes y emplea como asesinos, con oscuros propósitos. Y Andross Guile, que se perfila como el malo más maloso de la serie (ríete tú del Príncipe de los Colores), vuelve con más fuerza que nunca y con su halo restaurado.
Y con la situación así de enmarañada, Brent Weeks nos ofrece un auténtico pasapáginas que deja cortas las casi mil que tiene el libro. Karris, Teia y Kip se ven envueltos en las intrigas políticas y los secretos de la Cromería, de los que vamos entreviendo detalles a todos los niveles desde sus distintos puntos de vista, con los capítulos cortos y directos al grano a los que nos tiene acostumbrados la serie. Vemos el poder de la Blanca en decadencia y el de Andross en pleno auge, vemos las redes de espionaje que se adentran en todos los círculos de gobierno, oficiales o no, vemos los secretos enterrados en viejos libros que intentan desentrañar Kip y su equipo de la Guardia Negra, y al mismo tiempo vemos cómo Karris recela de Marissia, cómo Teía y Kip dudan de sí mismos y del otro y cómo va ganando profundidad poco a poco el personaje de Puño de Hierro.
Lo que quizá echaréis en falta es algo más de tiempo dedicado a Gavin y a la gran guerra que sacude las Siete Satrapías, que posiblemente Weeks se reserva para el cuarto y último volumen. Este tercero se ocupa sobre todo de los conflictos de poder en la Cromería, de presentar como corresponde la Orden del Ojo Fragmentado y de ampliar el trasfondo del mundo y encuadrar los sucesos en su contexto, que los personajes van descubriendo muy poco a poco (salvo uno de ellos, que descubre demasiado de golpe). Las escenas de acción están medidas, bien colocadas y quizá ofrezcan más variedad que en las anteriores novelas, y aunque la espectacularidad se resienta un poco en un argumento que gira en torno al espionaje, la tensión lo compensa con creces. No quiero revelar giros importantes de la trama —obviamente los hay; no esperaríais menos de Weeks, ¿verdad?—, pero hay al menos dos de ellas que son muy memorables.
Si tuviera que definir El Ojo Fragmentado con dos palabras, serían «intriga épica». Tiene espías con superpoderes, asesinos que se valen de la magia pero sobre todo de su entrenamiento, personajes que se encuentran a sí mismos mientras se pierden en una red de intrigas cuyo final cuesta predecir (y anima a una segunda lectura de la serie, estáis avisados), tiene lealtades enfrentadas, los grises morales que ya son casi marca de la casa y un final que haría dudar de que un cuarto libro, aunque tenga otras mil páginas, pueda resolver todos los hilos abiertos... si no habláramos de Weeks, claro. En su caso, solo nos queda esperar que lo saque cuanto antes.