#capitalism

Para los hispanohablantes. Este texto se escribió originalmente en inglés. Se usó una aplicación de traducción, ya que no hablo español. Disculpen si la traducción es incorrecta. ⬇️

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Todos tenemos puntos de vista contradictorios: amamos a nuestras familias, pero nos vuelven locos. Queremos más vivienda en nuestras ciudades, pero no queremos que nuestros valores de propiedad disminuyan con el aumento de la oferta. Queremos mejores escuelas, pero nos echamos atrás ante un impuesto municipal del 0,1 % para financiarlas.

Es normal tener puntos de vista contradictorios, pero cuando esas opiniones entran en conflicto, la forma en que actuamos nos muestra cómo estas diferentes perspectivas se ordenan en nuestras prioridades. Cuando las cosas se ponen difíciles, descubres qué es lo que realmente te importa.

Tomemos la política: un estribillo común es que “ya ni siquiera sé qué significan derecha o izquierda, ahora son solo identidades tribales”. Hace muchos años, le dije algo muy parecido a Steven Brust, quien me respondió con esto:

“‘Izquierda’ y ‘derecha’ significan hoy lo mismo que significaban desde la Revolución Francesa. Pregúntale a alguien: ‘¿Qué es más importante: los derechos de propiedad o los derechos humanos?’ Si responden: ‘Los derechos de propiedad son derechos humanos’, están en la derecha.”

En otras palabras, la ideología de la derecha sostiene que si estás muriéndote de hambre y yo estoy incinerando un montón de pan que podría salvarte la vida, mi derecho de propiedad sobre mi pan prevalece sobre tu derecho a no morir de hambre. Eso puede parecer extremo, pero cada vez que pasas junto a una persona sin hogar tiritando en una ciudad donde apartamentos o casas están vacíos porque los especuladores esperan que su valor aumente, estás presenciando un intercambio propio de la derecha, donde el derecho de propiedad a una vivienda como activo prevalece sobre el derecho de otra persona a una vivienda como hogar.

Puedes deplorar la hambruna y sentir horror ante la perspectiva de que alguien muera en las calles de tu ciudad, pero si tomas el lado del propietario de una vivienda vacía sobre el derecho de la persona que duerme en su puerta, estás tomando el lado de los derechos de propiedad por encima de los derechos humanos. Valorás tanto los derechos humanos como los de propiedad, pero valoras los derechos de propiedad más que los derechos humanos.

(Originalmente escrito en inglés por Cory Doctorow: @pluralistic@mamot.fr)

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"In the book Fake Work: How I Began to Suspect Capitalism Is a Joke, Leigh Claire La Berge reflects on her time at a management-consulting firm in the waning days of the 1990s to explain her gradual realization that there was something off not just about her own job but about capitalism as a whole. The work that La Berge was engaged in at the murkily named “Conglomerate,” was tangentially related to what is commonly referred to as Y2K, though La Berge’s work at the Conglomerate was associated with documentation and legal protection, as opposed to technical remediation. As the book’s title makes clear, the work at the firm seemed largely “fake” to her, a sentiment which she in turn repeatedly projects onto the entirety of Y2K which the book repeatedly describes as a “fake crisis.” Though couched in a historical moment, Fake Work does not present itself as a history, or confine itself to a single genre, and is instead, as La Berge describes it, “a Marxist-inflected, queer, auto-theoretical work memoir” (206) in which La Berge moves between recounting office stories, commenting on Marx, and describing how her time at the Conglomerate eventually led her to her understanding and appreciation of Marx.

Fake Work provides a theoretically rich and often amusing picture of the banalities and absurdities of certain types of work. And those who have labored in such environments are likely to feel that she gets a lot right in her descriptions of those sorts of workplaces. Unfortunately, almost everything that Fake Work has to say about Y2K is either sorely lacking in historical and technical context, or is simply wrong.

In fairness, Fake Work isn’t really about Y2K. It’s about capitalism. But the book’s thoughtful and amusing critiques of capitalism are consistently undermined by the way this book misrepresents and oversimplifies Y2K."

https://librarianshipwreck.wordpress.com/2025/08/07/if-the-work-seems-fake-does-that-mean-the-crisis-is-too-a-review-of-leigh-claire-la-berges-fake-work/

#FakeWork #BullshitJobs #Capitalism #Y2K #Marx #Marxism #WageSlavery