En el momento de escribir esto, han pasado no más de quince minutos desde que terminé de leer las 574 páginas que componen esta novela. Y puedo decir sin pelos en la lengua que, a excepción del final, me ha encantado profundamente.
Sin contar a Reflejo 42 y Bienvenido a Ardis, es la primera vez que una novela me transmite tantas emociones. Ya sea la angustia de los protagonistas, las carcajadas en los momentos cómicos o la tristeza y nervios de los momentos trágicos. Pese a tener tintes de tantos géneros, salvo en el final (y tampoco es grave), no he sentido que hayan sido forzadas en ningún momento.
Salvo con Axel, llegué a encariñarme con todos y cada uno de los personajes, en especial con Margo y Daniela, quienes tienen más peso en la trama que en la precuela. Ni siquiera puede uno odiar a Sawer, que pese a ser una mala persona que tanto daño causó en el anterior libro. Junto a Brendan, ambos son personajes que te agradan gratamente, pero si les conociese en la vida real caerían horrible
Esto en cierto modo me recuerda a los protagonistas de ambos juegos de Left 4 Dead, en el sentido de que son personas en una situación horrible, pero pese a esto pueden permitirse algunos momentos de alegría. Uno puede sentir la angustia de los protagonistas en cada página, un peligro constante de no saber si sobrevivirán un día más.
Me gusta especialmente que la autora, Joana Marcús haya decidido explorar más a fondo las relaciones entre distintos personajes y la química entre ellos se han sentido muy naturales. También puede ser que me haya gustado especialmente por el estilo narrativo que ha utilizado la autora, soltando chascarrillos en los momentos cómicos y usando un tono más poético y serio en las tragedias.
No voy a contar nada del final a excepción de no saber que pensar, no me ha dejado indiferente, tampoco se ha sacado un deus ex machina puesto que ha usado los mismos recursos que se han ido presentado a lo largo de la historia.
Pese a lo aguado del final, y que uno siente que podía haber explorado más a profundidad el mundo de la obra (no tanto como la magia de las crónicas de la torre) recomiendo leer tanto Sempiterno como su precuela, Etereo. Si te gustó el anterior, te va a gustar la conclusión de esta bilogía.
Actualización: Tras pensarlo un rato, he llegado a la conclusión de que el final no es aguado, simplemente fue una resolución algo rápida y no la procesé correctamente en el momento. Pese a que no es mi final favorito, no me ha llegado a desagradar.
Y como quien dice, "Lo importante es el viaje, no el destino"
