¿Cómo calibrar la importancia histórica de un libro?
Chesterton tuvo una controversia con otros intelectuales -algunos amigos- en torno al tema que era de moda en su época: la eugenesia.
Antes de que los nazis la llevaran a cabo en su forma más expeditiva e impopular, la eugenesia era el tema más candente en los libros sobre ciencia y medicina -como hoy pasa con el cambio climático- y la cuestión de la degeneración del hombre estaba en boca de todos. Se creía que la raza humana estaba degenerando por culpa de la falta de selección natural y proponía que se había de hacer un "cultivo del hombre" fomentando las cualidades más útiles a la sociedad. "Higiene racial" que se practicaba de formas más o menos sutiles, fomentando la reproducción de los que se tenían por más aptos o impidiendo la de los que, según ellos, amenazaban con su semilla la salud de las generaciones venideras.
Chesterton con su sentido del humor y de la justicia se puso en frente de los eugenistas, afiló sus argumentos y sencillamente, les venció señalando sus falacias y sus prejuicios.
Igual exagero si digo que quizá por eso no hubieron campos de exterminio en los países anglosajones en la Segunda Guerra Mundial, pero estamos ante un caso ejemplar de la responsabilidad de los intelectuales señalando con su talento las amenazas que se ciñen contra sus semejantes. Derivas que no todo el mundo ve, pero que llevan a Auschwitz.
Qué decir tiene que es un libro muy divertido y fácil de leer.