Kaladin quería aquello. Lo quería porque era un reto, algo que aprender, algo diferente. El soso y gruñón Kaladin. No tenía tiempo para la música ni el amor ni la vida. Esa era la historia. La historia que llevaba muchísimo tiempo contándose. Esa noche, escribió una historia distinta para sí mismo. La de un hombre que amaba la música. La de un hombre que tenía tiempo para la música. Encontró en ella una parte de su alma que siempre le había faltado, una pérdida que nunca había tenido palabras para explicar. Aprendió un nuevo idioma esa noche, lleno de nuevos adjetivos para describir quién era Kaladin, y quién podía ser.

— Viento y verdad by Brandon Sanderson, Manu Viciano, David Tejera Expósito (El archivo de las tormentas, #5)