Con esta saga tengo un problema, pese a que me gusta mucho el universo que crea, con magos luchando contra dioses con poderes basados en contratos usando trozos de las almas de los fieles como moneda de cambio, a la hora de exponerlo es muy denso y se puede hacer difícil de seguir.

Ése ha sido el caso con este libro, pese a que lo que hay en juego, asegurar un barrio para evitar fracturas en la realidad, está presentado de una forma tan rutinaria que no he podido entrar en la historia. El hecho de que los personajes aparecieran en un libro anterior del que prácticamente no recordaba nada tampoco me ha ayudado a hacer la lectura más llevadera.

Pese a todo esto, sigue siendo un universo interesante, y cada vez que vuelvo a él, presenta factores nuevos que yo al menos no esperaba.

Si te gustó "La estación de la Calle Perdido" de Miéville, creo que le puedes dar una oportunidad a esta saga.