Un libro para alimentar tu misandria adormecida!!!! La verdad es que con este libro no me faltan las ganas de MATAR A ONVRES madremía qué euforia

Ahora en serio, este libro consiguió despertar dos grandes emociones en mí: la rabia y la sororidad. En el libro tres chicas se conocen al plantarle cara a un acto de abuso machista en el metro de Valencia. Lo que surge es un grupo, o más que un grupo, un clan, un aquelarre, una manada. Tres mujeres hartas, heridas, llenas de rabia, juntas en un magnetismo primordial e innato, desde la parte reptiliana de su cerebro. Se cuidan y se protegen, y se unen para luchar juntas contra la violencia sistémica y normalizada de un género hacia el otro. Después del aguante, del desgaste, de la paciencia, de la decepción... qué nos queda? nos queda LA RABIA, y nos queda, claroquesí, la violencia. Al puro estilo Hammurabico: ojo por ojo, diente por diente.

Porque si el sistema legitimiza ciertas violencias, quizás nos tenemos que cargar este sistema. Un sistema que nos falla. Quizás el callar y aguantar, la diplomacia, y la no violencia no sirven. La moral judeocristiana nos nubla la vista: NO vamos a poner la otra mejilla. Hasta el coño ya.

PD. Escribiendo esto me vengo arriba y adopto esta visión combativa que promueve la violencia pero lo que quiero decir es que canalizar la rabia puede ayudar a todo el movimiento feminista. Las versiones más radicales de un movimiento son esenciales para el cambio - juguemos con estas ideas, que formen parte del discurso, y hablemos de todas las formas que puede tomar la respuesta feminista a la violencia de género. Este libro es una de ellas.