Two serious ladies.

Dos mujeres muy libres: una vende su mansión y se va a vivir con una amiga a una cabaña en el campo, con un par de garrulos que conoce de pura casualidad y se le pegan como lapas; la otra deja colgado a su marido en un viaje por Panamá y se queda a vivir en un burdel, haciéndose muy amiga de la fauna local. Ambas beben como cosacos y se lían con quien les da la gana.
Con este argumento, ¿cómo puede ser que haya salido una novela tan horrenda? Usando el peor estilo posible: una prosa acartonadísima, a base de frases cortas y unos giros que hacen daño a la vista, y una narración que no logra establecer unas mínimas relaciones causa-efecto en el torrente de escenas que componen la novela.
Ni siquiera puedo echar la culpa al traductor.

Weird but reasonable entertaining