rosaliaaian reviewed Panza de burro by Andrea Abreu López
Review of 'Panza de burro' on 'Goodreads'
4 stars
estabame gustando moito pero chegando ao final h
estabame gustando moito pero chegando ao final h
Me ha dejado... no sé. Brutal, desagradable, se lee rápido porque los capítulos son cortos. Es verdad que está muy bien escrito. Pero no sé. No ha terminado de "llegarme".
Me ha gustado mucho, es muy divertido y tierno a la vez.
Me sorprendió esta historia de amistad entre dos chicas entre la infancia y la pubertad contada sobre un trasfondo social y cultural de las Canarias.
Crec que ja s'ha dit tot d'aquesta novel•la, però he patit i gaudit acompanyant l'estiu d'aquestes dues nenes mig adolescents. M'ha agradat sentir el brut, el fang i les olors de quan ets petita i encara no entens moltes coses però comences a intuir-les.
Se trata de un libro que tiene todas las papeletas para gustarme: habla de un tiempo y un lugar que me son muy familiares y a la vez muy lejanos, y lo hace con un lenguaje que es el mío y, a la vez, no lo es. Habla de situaciones cotidianas y a la vez serias a través de ópticas de niños... Y sin embargo, no me ha enganchado. Me ha dejado muy indiferente, y no sé explicar el por qué.
Hace poco leí una novela, “Vozdevieja”, de Elisa Victoria, cuya narradora-protagonista era una niña de nueve años. Me encantó. Me he pasado toda la lectura de “Panza de burro”, también narrada por la voz de una niña de diez años, tratando de averiguar por qué mi reacción es totalmente opuesta. ¿Será porque parece una serie de episodios inconexos? ¿Porque me chirría ese uso tan arbitrario de la escritura fonética? Un recurso que nunca me gusta en general, pero aquí a veces imita el acento canario, a veces mete mierdas como “güevo”, explíqueme cómo se dice de otra manera.
Es una obra que no me dice casi nada, apenas abre una ventana a cómo se vive en otras coordenadas, pero con tan poco oficio, tan deslavazado, que no me ha causado ningún placer su lectura.
Panza de burro es un libro diferente, raro...
Y es en esa rareza, en esa otredad de los altos de Icod es en la que nos vemos asfixiados y atrapados a partes iguales.
De primeras, Panza de burro puede parecer un libro que no está hecho para todos. Andrea se olvida de las prescripciones de la RAE y abraza nuestras formas de hablar, sin miedos a presiones centristas o a burlas elitistas de capital isleña. Pero, dejando de lado las cuestiones formales, este libro es la historia de una infancia, una infancia canaria, pero que se puede trasladar a la infancia de cualquier otro pueblo pequeño de esa España abandonada.
Panza de burro es un libro lleno de la pureza de un cambio de ciclo y de la voracidad de ese mismo cambio.
Yo, sin duda, lo recomiendo.
Shit, salir del barrio...
Shit, qué miedito el vulcán y qué miedito Isora y crecer poquito a poquito y que las nubes estén tan bajas que te vayan a aplastar y el queque no está rico pero solo me queda un fisquito y me lo tengo que terminar porque si no Isora... y si Isora... entonces yo...
Y qué miedito solo poder ver la playa de lejos
Y qué miedito pensar que si no hubiera descubierto este libro me habría perdido este ecosistema inmenso descrito con tanto cariño, pero tan agobiante a la vez.
Una novela única que te transporta a todo lo que da un poco de miedo recordar de la infancia y te descubre el corazón de esa islita tan especial, con sus bosques de helechos, sus baifitos, el Sinso, las papas locas, los ratikats, Ayoze, Mencey, Aventura, los besos de novios, las tardes infinitas