Lectura fácil

Una lectura DIFÍCIL - en el mejor sentido de la palabra.

Este libro te hace ver que las izquierdas, derechas, luchas, ideas, tantísimas opiniones políticas - realmente no son tan diferentes las unas de los otras. Todos son productos de LA ideología hegemónica: la facha, macha, y capitalista (robándole las palabras a Nati). O sea, que en realidad con todas las trifulcas que tenemos entre nosotros, sólo somos meras marionetas de un sistema capitalista y patriarcal que demarca nuestra realidad, y sobretodo, lo que es válido y lo que no. Por eso es interesante que este libro lo narre la gente considerada (por las grandes narrativas capitalistas) al margen o fuera de la sociedad.

Durante todo el libro me he ido acordando del término "biopoder" que daddy Foucault acuñó, que habla del poder de los estados sobre los cuerpos y la población. He ido pensando en los discursos sobre lo (considerado) normal o no normal, lo (considerado) bueno o malo, y como en realidad todo está definido desde el afán capitalista del estado y el mercado por mantenernos seres productivos y reproductivos.

Debo mencionar que la forma de narrar lo que pasa en este libro es excelente, llevándote a la asamblea de un ateneo libertario, pasando por una novela escrita por WhatsApp, o por la deposición de un juicio. Los capítulos en el ateneo eran tan divertidos como frustrantes (tal es la vida asamblearia), y con debates extremadamente interesantes.

TOTAL, que este libro es capaz de coger los cimientos de aquello que dabas por sentado como algo básico y despolitizado y destruirlos por completo, y de repente te das cuenta de que estás metida hasta el cuello en la ponzoña del capitalismo, que ha dado forma a tu realidad, y que todavía tienes muchísimo que desaprender.

Empecé a leerlo con reticencia por las críticas que se quejaban de que, más que novela, parecía un panfleto. Según las opiniones que no la consideraban digna ganadora del Herralde, imaginaba una novela semiautobiográfica mal escrita y políticamente correcta.

Nada más alejado de la realidad. Pero entiendo el motivo del desconcierto. El punto de vista narrativo se aleja del falso neutro universal, pero tampoco nos muestra a los personajes como exóticos marginados hacia los que sentir simpatía basada en la caridad.

Las protagonistas son mujeres, institucionalizadas, pobres, del mundo rural, sexualmente activas y con un discurso disidente al hegemónico. Pero la historia se presenta de forma totalmente literaria, con gran dominio de diferentes registros y de la estructura.

Decir que es un libelo político es como decir que lo es La montaña mágica por las parrafadas de Settembrini y Naphta. Lo que ocurre es que muestra una realidad incómoda y que se suele presentar como anecdótica o excepcional, cuando es tan estructural y humana como reflexionar sobre el paso del tiempo.