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Sé que Baratrillo no es mi lugar. Lo sé desde siempre aunque nadie me lo dijera, porque quién se molesta en subrayar lo evidente. Bien rápido lo aprendí. Creo que no respiré con plena capacidad pulmonar hasta que salí de aquí y creo que no podré hacerlo de nuevo hasta que me vaya. No es solo ser maricón, tiene que haber algo más. Miro a la gente del pueblo y está tranquila, vive tranquila. Qué abismo invisible me separa a mí de esa serenidad, qué estoy haciendo o dejando de hacer para no alcanzar nunca esa satisfacción con el hecho de existir. De dónde sale esta mancha que llevo en la frente; por qué parece que la inscribo a mayor profundidad cuando trato de borrarla. Todas las vidas me parecen más fáciles que la mía. Todas las personas me parecen mejor preparadas para el mundo menos yo.

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 157)

Pero no, aquí es mira lo que ha hecho esta o te parece lo que le dijo aquel a no sé quién. Mucho criticar el qué dirán, poco el qué decimos. Qué asco. -¿Tenéis que estar hablando siempre de los demás?

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 129)

Qué te cuesta, decía J, si es para que vean cómo habláis en esta tierra. Que digo yo que si él no es también de esta tierra aunque alla nacío en el palacio, ¿o es que la tierra del palacio la traen de otro sitio?

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 117)

Reconocernos ha sido más importante que conocernos

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 87)

Qué papeleta la de esta mujer al verme aquí, después de una vida de trabajo para que yo fuera alguien, y que lo más meritorio que haya hecho desde que llegué haya sido bajar ahora de mi cuarto y decir que quiero pintarlo. Qué le pasará por la cabeza al comprobar que ha engendrado a un completo fracasado.

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 62)

Si te mantienes invisible, te convertirás en invisible. Ni siquiera con mis padres logro estar tranquilo del todo.

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 58)

Esperando a que el vendedor se vaya y a que la perra se calle, elevo al cuadrado el que parece mi estado natural en esta casa: que no me vean, que no me oigan, que no me huelan. Me acostumbré hace mucho a portarme como un samurái, aunque uno bien torpe porque su técnica más depurada es permanecer encerrado en este cuarto. Solo entre las paredes y con la puerta cerrada accedo a un estado en el que me siento seguro, protegido de no sé qué peligros. Algo late en las calles del pueblo, algo de lo que solo estoy a salvo aquí, así.

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 57)

Lo demás es abaricia y bien dicen que es pecao, como los que me tengo que inventar pa comentar a Don Manuel. [...] No hay cura bueno, así lo pienso y así lo escribo. Y si algún día tengo que arrancar esta hoja y tragármela, hasta dulce me va a estar.

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 52 - 53)

¿Cómo hablar de un daño cuya materia se quedó en la garganta de quien agachó la cabeza y tragó saliva frente a una sombra? Te enseñan a temer a una sombra. Le acabas teniendo miedo a cualquier sombra

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 37)

Dicen que el capitalismo se está reformulando, pero mientras yo me tengo que joder y regresar a la única casa donde no pago alquiler. Al final, la salida de tanta formación ha sido la de mi casilla de salida.

— La mancha by Enrique Aparicio (Page 15)

-Porque siguen formando parte de mí, Bastián- concluye-. Los días malos forman parte de mí, al igual que mis creaciones. De hecho, lo que hago durante esos días es aún más importante porque me demuestra que soy capaz de sacar algo bueno incluso de los peores días.

— Lakelore by Anna-Marie McLemore (Page 238)