Marta reviewed La mala costumbre by Alana S. Portero
La mala costumbre
5 stars
👠💄🎀❤️🩹🌷🪽Con qué delicadeza y tanto cariño escribe Alana. Este libro es desgarrador y precioso a partes iguales.
Paperback, 256 pages
Published May 3, 2023 by Seix Barral.
Narrada desde una singular y desgarradora voz en primera persona, La mala costumbre recorre la adolescencia de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, que intenta comprenderse a sí misma y al mundo en el que vive, desde su infancia en una familia de clase obrera en el barrio de San Blas, arrasado por la heroína en los años ochenta, hasta las noches clandestinas en el centro de Madrid de los noventa. Como en una versión bastarda del viaje del héroe, yonquis, divas pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada paso.
La mala costumbre es una novela cruda y feroz, pero también poética y conmovedora, en la que los extremos se tocan para mostrarnos por qué el resentimiento y la rabia contra el sistema son …
Narrada desde una singular y desgarradora voz en primera persona, La mala costumbre recorre la adolescencia de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, que intenta comprenderse a sí misma y al mundo en el que vive, desde su infancia en una familia de clase obrera en el barrio de San Blas, arrasado por la heroína en los años ochenta, hasta las noches clandestinas en el centro de Madrid de los noventa. Como en una versión bastarda del viaje del héroe, yonquis, divas pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada paso.
La mala costumbre es una novela cruda y feroz, pero también poética y conmovedora, en la que los extremos se tocan para mostrarnos por qué el resentimiento y la rabia contra el sistema son completamente válidos para sobrevivir en una sociedad que no acepta a los que son diferentes.
👠💄🎀❤️🩹🌷🪽Con qué delicadeza y tanto cariño escribe Alana. Este libro es desgarrador y precioso a partes iguales.
La manera de escribir de Alana es suave y así se leería si no fuese porque la historia que cuenta es áspera, dolorosa. Cada capítulo es concentrado de sentimientos y al final al menos consigue que veas la luz.
Qué maravilla de libro. Qué sensibilidad.
Lo he disfrutado y llorado a tope. Qué bien me ha venido. Va a estar largo tiempo en mi memoria.
Me ha removido mucho también haberme criado en ese San Blas tan bien descrito, pero unos añitos después.
Lo único malo es que se acabe.
Por más que uno sea consciente de sus privilegios, creo que nunca vamos a ser capaces de imaginarnos realmente lo que supone salir de la cisnormatividad en una sociedad como esta, de lo que supone construir una identidad mediante la negación en un armario minúsculo, de la sensación terrorífica, necesaria y poderosísima de renacer, que nunca es tarde Gracias Alana por compartir la historia de una superviviente, las vidas queer merecen ser contadas Y gracias también por descubrirme a Roberta Marrero, que supongo, de nuevo, que nunca es tarde, por duro que sea Queda mucho camino, pero esto es un hito, un homenaje, un regalo y una furia inolvidables
Irina tiene veinte años y comenzó, hace poco más de dos, con terapia hormonal antes de iniciar la transición. «No conozco a ninguna mujer trans de mi edad que tenga pareja», me dijo el Día del Orgullo. Quizá parezca un comentario baladí, pero no, no lo es; o que poco tiene que ver con Alana y su La mala costumbre, pero sí, sí tiene que ver.
No sabemos si la novela de Portero tiene amplios, ligeros o ningún componente autobiográfico (ella nunca ha despejado dudas e, incluso en alguna que otra entrevista, ha comentado que sus historias se basan en las experiencias de personas que conoce), pero no hace falta hilar muy fino para descubrir que hablar de lo que habla de una manera tan precisa, íntima y dolorosa, solo es posible habiendo experimentado en carne propia de mujer trans la discriminación, los prejuicios y la violencia (directa y estructural) …
Irina tiene veinte años y comenzó, hace poco más de dos, con terapia hormonal antes de iniciar la transición. «No conozco a ninguna mujer trans de mi edad que tenga pareja», me dijo el Día del Orgullo. Quizá parezca un comentario baladí, pero no, no lo es; o que poco tiene que ver con Alana y su La mala costumbre, pero sí, sí tiene que ver.
No sabemos si la novela de Portero tiene amplios, ligeros o ningún componente autobiográfico (ella nunca ha despejado dudas e, incluso en alguna que otra entrevista, ha comentado que sus historias se basan en las experiencias de personas que conoce), pero no hace falta hilar muy fino para descubrir que hablar de lo que habla de una manera tan precisa, íntima y dolorosa, solo es posible habiendo experimentado en carne propia de mujer trans la discriminación, los prejuicios y la violencia (directa y estructural) de una sociedad binaria, heteronormativa y de tradición moral judeo-cristiana, donde todo lo que no sea la monogamia y la postura del misionero tiene un cúmulo de personas ofendidas hasta el tuétano.
Y con esto, retomamos el punto de arranque de esta pequeña reflexión acerca de la novela de Portero, para lo que no está de más aportar unos datos de nada, prácticamente intrascendentes, sobre el colectivo LGTBIQ+ que hablan bien a las claras de por qué La mala costumbre es lúcida, luminosa, realista y terrible a partes iguales. Son del informe del año pasado de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea:
• El 45% de personas adolescentes de Europa entre 15 y 17 años sufre discriminación en su vida diaria por tratar de ser ellas mismas. • En España, el 12% de las personas del colectivo han sufrido agresiones físicas o sexuales. • En nuestro país, el 11% de adolescentes LGTBIQ+ pensaba siempre o a menudo en el suicidio. • También en España, el 66% de dichas personas han sido objeto de acoso por su orientación sexual o de género durante su etapa escolar.
«Todo el que alguna vez ha construido un nuevo cielo, encontró antes el poder para ello en su propio infierno», opinaba Nietzsche en La genealogía de la moral. La empatía es esa cualidad del ser humano que consigue que no haga falta bajar al infierno de las demás personas para ayudarlas a construir su cielo. Es lo que hace Portero, con dolor y con ternura, con vileza y con majestuosidad, con el dominio de diferentes formas de expresión. No es preciso ser gay, lesbiana, intersex, asexual, trans, queer, para sentir la precariedad, la angustia, el miedo, la rabia o la discriminación de la niña condenada a vivir en un cuerpo que no siente como suyo.
Todas las personas trans que conozco se han sentido identificadas con la novela de Portero. Irina no la ha leído, ni falta que le hace.
Una pequeña novela trágica, esperanzadora y deliciosamente poética. La historia es dura, cruda y tierna al mismo tiempo. Te conmueve y desgarra por dentro seguir la evolución de esa pequeña que no logra saber como enfrentar quién es con los prejuicios de un mundo y una época perfectamente dibujados. Es una lectura aparentemente corta y sencilla, pero al mismo tiempo resulta difícil porque te hace llorar, involucra tu empatia en la trama y te lleva a honduras no imaginadas. He tardado en leerla más de lo que hubiera imaginado, ya que ha habido momentos en los que no podia seguir. Por un lado me tocaba demasiado personalmente y por otro porque este libro merece leerse bien despierta y dispuesta a dejarte empapar de las sensaciones que la historia transmite. No es una lectura intrascendente para un lector medio amodorrado que pasa las páginas sin apenas darse cuenta. Pequeños capítulos, cada …
Una pequeña novela trágica, esperanzadora y deliciosamente poética. La historia es dura, cruda y tierna al mismo tiempo. Te conmueve y desgarra por dentro seguir la evolución de esa pequeña que no logra saber como enfrentar quién es con los prejuicios de un mundo y una época perfectamente dibujados. Es una lectura aparentemente corta y sencilla, pero al mismo tiempo resulta difícil porque te hace llorar, involucra tu empatia en la trama y te lleva a honduras no imaginadas. He tardado en leerla más de lo que hubiera imaginado, ya que ha habido momentos en los que no podia seguir. Por un lado me tocaba demasiado personalmente y por otro porque este libro merece leerse bien despierta y dispuesta a dejarte empapar de las sensaciones que la historia transmite. No es una lectura intrascendente para un lector medio amodorrado que pasa las páginas sin apenas darse cuenta. Pequeños capítulos, cada uno casi un relato breve que, sobre todo al principio, podrían haber sido historias sueltas, pero cuyo conjunto va componiendo el retrato de la protagonista y el de aquel Madrid de fondo. Hacía mucho que no lloraba tanto con un libro. Un llanto de hermandad viéndome reflejada en infinidad de pasajes, un llanto de desesperación y amargura con el sufrimiento de esa niña según va creciendo, un llanto de rabia por no poder abrazarla y decirle que las cosas mejorarán, un llanto de pena con muchos de los demás personajes, un llanto catártico y esperenzado por la bondad que, a pesar de todo, se destila. Es un libro que te permite vislumbrar brevemente (demasiado brevemente) otras realidades que la gente en general no cree reales y al hacerlo te mejora como persona. Podría haber sido más largo, te quedas con ganas de explorar los personajes secundarios, de que te cuenten otras historias o de que continúe la historia principal ¿qué pasa después?
En resumen: me ha encantado, tengo el libro subrayado prácticamente entero. No es que sea altamente recomendable, es que debiera ser de lectura obligada.
Una pequeña novela trágica, esperanzadora y deliciosamente poética. La historia es dura, cruda y tierna al mismo tiempo. Te conmueve y desgarra por dentro seguir la evolución de esa pequeña que no logra saber como enfrentar quién es con los prejuicios de un mundo y una época perfectamente dibujados. Es una lectura aparentemente corta y sencilla, pero al mismo tiempo resulta difícil porque te hace llorar, involucra tu empatia en la trama y te lleva a honduras no imaginadas. He tardado en leerla más de lo que hubiera imaginado, ya que ha habido momentos en los que no podia seguir. Por un lado me tocaba demasiado personalmente y por otro porque este libro merece leerse bien despierta y dispuesta a dejarte empapar de las sensaciones que la historia transmite. No es una lectura intrascendente para un lector medio amodorrado que pasa las páginas sin apenas darse cuenta. Pequeños capítulos, cada …
Una pequeña novela trágica, esperanzadora y deliciosamente poética. La historia es dura, cruda y tierna al mismo tiempo. Te conmueve y desgarra por dentro seguir la evolución de esa pequeña que no logra saber como enfrentar quién es con los prejuicios de un mundo y una época perfectamente dibujados. Es una lectura aparentemente corta y sencilla, pero al mismo tiempo resulta difícil porque te hace llorar, involucra tu empatia en la trama y te lleva a honduras no imaginadas. He tardado en leerla más de lo que hubiera imaginado, ya que ha habido momentos en los que no podia seguir. Por un lado me tocaba demasiado personalmente y por otro porque este libro merece leerse bien despierta y dispuesta a dejarte empapar de las sensaciones que la historia transmite. No es una lectura intrascendente para un lector medio amodorrado que pasa las páginas sin apenas darse cuenta. Pequeños capítulos, cada uno casi un relato breve que, sobre todo al principio, podrían haber sido historias sueltas, pero cuyo conjunto va componiendo el retrato de la protagonista y el de aquel Madrid de fondo. Hacía mucho que no lloraba tanto con un libro. Un llanto de hermandad viéndome reflejada en infinidad de pasajes, un llanto de desesperación y amargura con el sufrimiento de esa niña según va creciendo, un llanto de rabia por no poder abrazarla y decirle que las cosas mejorarán, un llanto de pena con muchos de los demás personajes, un llanto catártico y esperenzado por la bondad que, a pesar de todo, se destila. Es un libro que te permite vislumbrar brevemente (demasiado brevemente) otras realidades que la gente en general no cree reales y al hacerlo te mejora como persona. Podría haber sido más largo, te quedas con ganas de explorar los personajes secundarios, de que te cuenten otras historias o de que continúe la historia principal ¿qué pasa después?
En resumen: me ha encantado, tengo el libro subrayado prácticamente entero. No es que sea altamente recomendable, es que debiera ser de lectura obligada.
Me intento resistir a la atracción de los hype literarios. Y sí: lo reconozco. Cuando se publica algo de alguien que ya conocía por las redes sociales tiendo a reaccionar con el mismo prejuicio que cuando publica algún famoso televisivo. Sin embargo, eran tantas ya las voces que recomendaban esta obra que decidí apuntarme a la -bastante larga- lista de espera de mi biblioteca para leerla. Y la verdad, cuánto me alegro de haber vencido mis prejuicios. Es una de esas obras que te dejan el corazón calentito, que desborda ternura y genera una empatía que pocos autores logran tejer. Y, al mismo tiempo, como no podía ser de otra manera, es una obra dura, durísima, llena de soledad, de desprecios, de no encajar en el mundo, de búsqueda de referentes y comprensión. Pese a su dureza, pese a algunos párrafos donde asoma un estilo aún bisoño, la esperanza y …
Me intento resistir a la atracción de los hype literarios. Y sí: lo reconozco. Cuando se publica algo de alguien que ya conocía por las redes sociales tiendo a reaccionar con el mismo prejuicio que cuando publica algún famoso televisivo. Sin embargo, eran tantas ya las voces que recomendaban esta obra que decidí apuntarme a la -bastante larga- lista de espera de mi biblioteca para leerla. Y la verdad, cuánto me alegro de haber vencido mis prejuicios. Es una de esas obras que te dejan el corazón calentito, que desborda ternura y genera una empatía que pocos autores logran tejer. Y, al mismo tiempo, como no podía ser de otra manera, es una obra dura, durísima, llena de soledad, de desprecios, de no encajar en el mundo, de búsqueda de referentes y comprensión. Pese a su dureza, pese a algunos párrafos donde asoma un estilo aún bisoño, la esperanza y la luz de sus personajes te acompañan durante mucho tiempo. Léanla.
Oso hunkigarria... guztiz harrapatun nau istoriak eta gogorra den arren edertasuna dario. Erraz irakurtzen dena, baina horrek ez du esan nahi sakontasunik ez duenik, Madrilgo San Blas auzoan bizi den neska baten bizipenak ekartzen dizkigu, trantsizio prozesuen barrentasunak modu oso gordin, bizi eta aldi berean natural batean erakutsiz. Zintzotasunez idatzitako harri bitxi bat.
Este libro lo leí en un club de lectura y algunas personas mencionaron que les había encantado pero que no les parecía un gran libro porque era muy sencillo. En cambio, a mí me pareció un gran libro precisamente porque era muy sencillo: es tan sencillo porque está muy bien escrito.
Content warning Cuidado, que se mencionan ideas del libro.
He llorado. He sufrido. Me ha conmovido. He empatizado y ha despertado rabia. Es un libro que puede levantar muchas emociones. Transitar los pensamientos, uno de los grandes poderes de la literatura, puede conseguir todo esto, pero Alana lo hace con un estilo cercano y a la vez poético. Conforme leía pensé. La juventud, aquí llega abriendo camino, generando esperanza, atreviéndose a lo nuevo. Termino el libro sintiendo que no somos nadie sin quienes se atrevieron a vivirlo, sin las valientes, sin las que se definían con las mismas palabras, las de "la mala vida", las personas excluídas, en los márgenes. Ellas son las que envalentonan a la juventud, las que dan ejemplo y las que manifiestan la necesidad de mejoras. Un homenaje a las madres, a las maestras, a las grandes que pasan por tu vida. Y más cuando te atraviesan en secretos y silencios que sólo ellas pueden verbalizar hasta que ya sí, reúnes la valentía suficiente. Si le doy 4/5 estrellas es por un simple motivo: me hubiese encantado saber más. Llegar maś lejos. Conocer cómo le fue. Pero supongo que es una exigencia que no le debería pedir porque el libro termina claro: "No tenía nombre pero existía". ¿Acaso no deja sensación de que precisamente esa es la idea? ¿Es el fin perfecto al libro? Si continuara estaríamos ante otra obra distinta así que sé que no ponerle la máxima puntuación es un acto individualista y poco comprensivo. PD: Aunque me hablo de valentía como superación del miedo, vivir en el miedo requiere también valentía. Como expresa Alana Portero en su novela "Que dos contrarios puedan darse al mismo tiempo es algo que se tarda en aprender pero que desata muchos nudos cuando se hace".
Un libro que ayuda, que contiene mucha belleza, quizás, es el único pero gordo que se me ocurre, uno echa en falta algo más de desarrollo en algunos momentos, ahondar en aspectos clave que se citan. Pero es más una crónica, un diario novelizado en el que se nos habla de un proceso al que hay que echarle valor y energía, qué difícil es para algunes poder simplemente ser en el mundo, qué de correcciones estrictas hasta la asfixia, hipócritas e insensatas han de enfrentar algunas almas y cuerpos para poder ser siquiera vistos como algo vivo. De ese sufrimiento tenemos mucho que aprender todas y todos, es uno de los grandes valores de este libro. Se lee rápido, tiene momentos muy bellos.