Estaban allí de pie listos para el sacrificio (Bardos galos)
La proclamación de la Comuna fue espléndida; no era la fiesta del poder, sino la bomba del sacrificio: se notaba a los elegidos listos para la muerte.
La tarde del 28 de marzo, con un sol claro que recordaba el amanecer del 18 de marzo, el 7 de germinal del año 79 de la República, el pueblo de París, que el 26 había elegido su Comuna, inauguró su entrada en el Ayuntamiento.