Si un poder cualquiera pudiera hacer algo, ese hubiese sido la Comuna, compuesta por hombres inteligentes, con valor, de una increíble honradez, y todos, desde la víspera o desde largo tiempo atrás, dieron indiscutibles pruebas de abnegación y energía. El poder, incontestablemente les aniquiló, no dejándoles más que la voluntad implacable del sacrificio.
Supieron morir heroicamente.
Es que el poder está maldito y por eso soy anarquista.