#cita

See tagged statuses in the local BookWyrm community

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

Una investigación de Privacy International reveló que los servicios secretos egipcios habían contratado tecnología de Nokia Siemens Networks para pinchar las llamadas de sus ciudadanos y una infraestructura alternativa para seguir conectados después de «apagar» la red. También usaban software espía de dos empresas europeas: el sistema de control remoto de la italiana Hacking Team, que permite acceso a dispositivos ajenos de manera remota, y otro similar de la firma alemana FinFisher.

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

En la misma leyenda, el «momento Tahrir» empieza en junio de 2010, cuando otro empleado de Google llamado Wael Ghonim abre en Facebook un grupo llamado «Todos somos Khaled Saeed». El grupo era anónimo. Khaled Saeed era el nombre de un informático egipcio de veintiocho años que había sido sacado a rastras de un cibercafé y asesinado a golpes en la calle por dos policías en Alejandría por publicar vídeos que les implicaban en redes de narcotráfico. El informe oficial dijo que Saeed se había asfixiado tratando de tragarse una bolsa de hachís, pero su hermano publicó la foto del cadáver, y la página de Facebook se convirtió en el epicentro de una revuelta civil. Allí se convoca la manifestación que reunió a cientos de miles de egipcios en la plaza de Tahrir el 25 de enero de 2011, propiciando la dimisión del presidente de la República Árabe de Egipto, Hosni Mubarak, después de treinta años de dictadura.

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

En realidad, todo empezó en una lista de correo donde apareció la convocatoria: #OccupyWallStreet. Are you ready for a Tahrir moment? La habían mandado Kalle Lasn y Micah White, dos veteranos de la protesta, editores de la revista Adbusters, un fanzine anticapitalista famoso por usar el lenguaje de la publicidad para destruir la publicidad. Y Messina había copiado literalmente el hashtag de los canales del IRC. Nada nuevo bajo el sol, pero el principio de una leyenda.

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

Occupy Wall Street empezó como un #hashtag en Twitter —dice Steven Johnson—.[29] Y no fue nada más que un hashtag durante tres o cuatro meses hasta que la gente dijo que quizá sería buena idea ocupar Wall Street. [...] Y lo que más me gusta es que, si pudiéramos volver atrás en el tiempo y decirles a los creadores de Twitter, Evan Williams, Jack Dorsey y Biz Stone, que su creación, su plataforma, sería utilizada para organizar manifestaciones en todo el mundo mediante hashtags, ellos habrían dicho: ¿qué es un hashtag?» Porque Twitter no había implementado el signo de almohadilla como etiqueta para marcar un tema de conversación, sino que lo «inventó» un diseñador de Google llamado Chris Messina en 2007. Los dueños de la plataforma tardaron dos años en incorporarlo de manera oficial, pero ahora eran la nueva portada. Como dice William Gibson, la calle siempre encuentra su propio uso para las cosas. «Todo empezó de la manera más inocua el 13 de julio con un post instando a la gente a #OccupyWallStreet empieza la nota de Reuters—. El movimiento Occupy, descentralizado y sin líder, ha movilizado a miles de personas en todo el mundo usando exclusivamente internet. La multitud se ha conectado y organizado en gran parte a través de Twitter y también plataformas como Facebook y Meetup.

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

Julian Assange presentó Wikileaks.org en el congreso anual del Chaos Computer Club de 2007 como «una Wikipedia incensurable para filtración masiva de documentos y análisis». Dijo que querían denunciar regímenes opresores en Asia, el antiguo bloque soviético, el África subsahariana y Oriente Medio, y «servir de herramienta a personas de todas las regiones que quieran revelar comportamientos inmorales en sus gobiernos y corporaciones». El australiano era miembro de una respetada lista de correo llamada Cypherpunks y en seguida encontró apoyo en la comunidad hacker, pero su salto a la cultura popular llega con la publicación de unos manuales secretos de la Iglesia de la Cienciología, donde se explicaban sus protocolos para silenciar periodistas o vigilar a las personas «supresivas» que habían escapado a la secta. La Iglesia activó todos sus recursos legales, propiciando el famoso efecto Streisand, por el cual el esfuerzo por censurar un contenido provoca el efecto contrario. En This Machine kills secrets, Andy Greenberg lo llamó «el momento más gratificante del ascenso de WikiLeaks». Assange contestó a las amenazas con el panaché que le haría mundialmente famoso: «WikiLeaks no piensa ceder a las peticiones abusivas de la Cienciología más de lo que ha cedido a demandas similares de bancos suizos, plantas rusas secretas de células madre, kleptócratas africanos o el Pentágono».

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

Wikipedia nació en enero de 2001, con una licencia GPL y el formato wiki. Jimmy Wales y Larry Sanger estaban trabajando en una enciclopedia online escrita por académicos y especialistas llamada Nupedia, cuando se les ocurrió sacar una colaborativa, donde cualquiera pudiese contribuir. Querían ver si surgiría algo parecido a la entusiasta y productiva comunidad del software libre. En poco tiempo el experimento se tragaría a Nupedia y se convertiría en la referencia más visitada de la red. «Imagina un mundo en el que cada persona en el planeta tiene acceso a la suma de todo el conocimiento —declaró Wales en Slashdot—. Porque eso es lo que estamos haciendo.» Pero la novedad de Wikipedia no era el acceso al contenido sino a la producción del contenido. El derecho a escribir la historia, no solo a leerla. Esta democratización del pasado fue la mofa de las instituciones durante sus primeros años de vida.

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

En una calle abierta, a plena luz del día, delante de la cámara de un reportero de Reuters, un carabinieri llamado Mario Placanica disparó contra un manifestante llamado Carlo Giuliani desde un todoterreno. Luego el vehículo lo atropelló. Las fotos de Dylan Martínez documentan lo ocurrido como en una fotonovela: Giuliani se acerca al coche por detrás con un extintor en las manos, una mano sale desde dentro del coche y le dispara en la cabeza. Giuliani se desploma y el coche pasa por encima de su cuerpo inerte, primero marcha atrás, y luego hacia delante. Los informes de la policía hablaban de una gran violencia callejera, de lluvia de cócteles molotov, pero un carabineri había disparado a un chico en la cabeza. El muerto tenía veintitrés años; el policía, veintiuno.

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

Para justificar la brutal redada, los policías plantaron cócteles molotov en el colegio y acusaron a los manifestantes de tratar de acuchillarlos. En 2012, tras un largo proceso, fueron encontrados culpables de brutalidad policial y falsificación de pruebas. En 2015, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró que «se habían cometido actos de tortura» por parte de las autoridades y que «la legislación criminal italiana era [...] inadecuada para el castigo de tales actos y no un repelente efectivo contra su repetición».

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

La noche del 21 de julio, un grupo de trescientos policías entró en el colegio Díaz —un edificio de cuatro plantas que había sido cedido por el propio Gobierno para que los manifestantes pacíficos pudieran dormir—, y golpeó brutalmente a todo el que encontraron allí, independientemente de la edad, situación o actividad. «Parecía importarles que todo el mundo quedara herido», contaba una asistente social de veintiséis años que había llegado de Londres.Avanzaban de manera metódica; cuando un cuerpo ya no se movía, pasaban al siguiente. Hay docenas de testimonios que describen cómo fueron planta por planta golpeando personas hasta reducirlas a un montón de sangre y huesos fracturados. En ese mismo edificio estaba la sede de Indymedia, la red de periodistas independientes que nació en Seattle. Los periodistas fueron golpeados como todos los demás; sus ordenadores, cámaras y equipos requisados o destruidos. Los heridos más graves fueron llevados al hospital de San Marino, el resto detenidos en una prisión del barrio de Bolzaneto. Hospitalizaron a doscientas seis personas, encarcelaron a más de quinientas.

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

El equipo de producción del G8 había denegado acreditaciones a todos los periodistas con antecedentes de activismo. Se hizo sitio en las cárceles para unas seiscientas personas. Se trajo a ciento ochenta especialistas en seguridad para que vigilaran las telecomunicaciones. La prensa publicó que incluso se habían pedido ataúdes y bolsas para cadáveres. Advirtió que los manifestantes eran violentos, especialmente un grupo llamado Black Block que en Seattle ya había atacado los escaparates de GAP, Starbucks, Old Navy y franquicias similares. Iban vestidos de negro para reconocerse entre ellos y se cubrían con pasamontañas para no ser identificarse. Llevaban hierros, botellas y piedras.

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

La cumbre del G8 de julio de 2001 reunía en Génova a los presidentes más poderosos del mundo: Tony Blair, Vladímir Putin, Gerhard Schröder, Silvio Berlusconi, Jacques Chirac y el canadiense Jean Chrétien. Para George W. Bush y su homólogo japonés, Junichiro Koizumi, era su primera cumbre. El movimiento se había organizado para mostrar el rechazo a las políticas neoliberales, como habían hecho en otras cumbres. Pero el ambiente fue muy distinto, también las consecuencias. Para empezar, fue mucho más grande. La contracumbre de Seattle no había llegado a reunir más de cincuenta mil personas, pero Génova convocó a más de doscientas mil. También hubo mucha más policía, con el claro propósito de acabar con la insurrección. Las cargas de los Carabinieri sobre la masa de manifestantes hicieron que los policías de Seattle parecieran monitores de un campamento de Boy Scouts.

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

La verdad, sin embargo, es que los manifestantes de Seattle han sido picados por el mosquito de la globalización con tanta intensidad y tan certeramente como los abogados mercantiles que hay en los hoteles de Seattle, solo que es otro tipo de globalización y lo saben. La confusión acerca de las reivindicaciones políticas de los manifestantes es comprensible: es el primer movimiento nacido de los caminos anárquicos de internet. No hay jerarquía de arriba abajo, no hay líderes reconocidos universalmente y nadie sabe lo que viene después. [...]

El enemigo conoce el sistema by 

Marta Peirano: El enemigo conoce el sistema (Paperback, 2019, Debate) 4 stars

La contra cumbre de Seattle empezó pocos meses después del lanzamiento de Napster, el 29 de noviembre de 1999. Es el momento que marca una nueva era de movilizaciones. Por primera vez en la historia, los sindicatos de una ciudad se unían a las asociaciones ecologistas, pacifistas, anarquistas, comunistas, feministas, grupos indígenas y otras organizaciones de derechos civiles para manifestar su rechazo contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Más de setecientos grupos del brazo, no los partidos sino las personas, no una campaña sino una manifestación. Aunque se trataba de una manifestación pacífica, las autoridades llamaron a la Guardia Nacional y declararon el estado de excepción. El día 30, las televisiones de todo el mundo siguieron las sentadas y las marchas de miles de personas durante las veinticuatro horas del día. Mostraron imágenes de veteranos caminando junto a anarquistas y a ecologistas del brazo de camioneros, a negros de Carolina mezclados con rubios de Washington, a jornaleros mexicanos con profesores de universidad. También mostraron imágenes de policías armados rociando con espráis de pimienta a grupos de manifestantes pacíficamente sentados en la posición de loto. Lo llamaron la Batalla de Seattle. Habían nacido dos movimientos que pronto serían el mismo. Y la conciencia de una brecha que separaba claramente a dos grupos desiguales de personas: las que tomaban decisiones y las que sufrían las consecuencias. El 1 por ciento y todos los demás.

El enemigo conoce el sistema by